kalles hacia todas direcciones

27 julio, 2006

En la barra de un bar

Dormía la siesta profundamente, pero el murmullo de la gente en la casa, pasó a convertirse en jaleo, y así despierta ella.

En esos momentos, obligaciones no existían, pero si la necesidad de salir, ponerse "bella", y disfrutar de lo que sucedería aquella noche en la Isla.
Así que, se puso manos a la obra.

Bien bonita, animada, bajó las escaleras de casa para encontrarse con su "mobilette"que la esperaba, aparcada en la calle.
Pero algo faltaba.

A dónde ir?, qué lugar sería el más apetecible esta noche? y... con quién ir?

Algunas llamadas de teléfono se hicieron, pero ninguna descolgó, excepto un numero que sí.
(Tampoco sirvió de mucho, aunque ahora que lo pienso... este fue el principio en la estancia de la joven en la que me apoyo para contar la historia)

Las palabras que llegaron a sus oídos, en esta llamada aceptada, no fueron las deseadas..."si no sabes a donde ir, dejate llevar. Si no tienes con quién ir, ve tú sola!!. La Isla está para ti, lánzate a ella"...

Era como decir... tengo plan, has venido sóla a la Isla, buscate las mañas para divertirte tu sin necesidad de nadie.

Enfadada, pensativa, decide coger su "mobilette". No le gustaba salir sóla.
"Tal vez dirección San Ferrant... donde va todo el mundo... encuentre alguién... que me invite a conocerlo", pensó.

Estos fueron los pensamientos que la guiaron hasta Sa Garrafa, el bar más hipppie de la Isla.

Aparcó la moto, bajó con cuidado de ella para no engancharse la falda, se quitó el casco, y lo enganchó a la rueda de la moto. Se pasó la mano po encima del pelo y sujetó su bolso con la otra.

Pasó entre la gente que se situaba en la escalerá, esquivó las mesas, sillas, personas y perros y camareros de la terraza, siempre con la mirada baja, con miedo, con timidez, hasta que llega a la barra del bar.

Alli se sentó en una esquina, como si no quisiera estorbar.
La barra no es muy grande, pero si tiene muchas cosas bonitas puestas sobre ella excepto algo no muy llamativo como es la vitrina donde se guarda la comida del dia, (se pone fea, y al dia siguiente la tiran, o seo creo yo). Justo allí, delante, se situo ella, la chica timida y desanimada en la noche.

Sentada en la butaca,sacó de su mochila; libretilla, boligrafo, tabaco de liar, papel y el monedero también.
Sin pedir nada, empezó a escribir como se sentía...

"Dejo todo atrás, emprendo mi viaje sola, y descubro que sigo estando sola.
es lo que yo quiero?
Nooooooooooo
Quiero gente a mi alrededor,
un amigo o amiga con quién salir a tomar una cerveza
quiero un rinconcito donde pueda vivir trankilamente
quiero un trabajo para poder continuar con mi experiencia
quiero... "
El camarero la interrumpe en su pensamiento y escritura, para preguntarle lo que iba a tomar...
ella le responde...
"Quiero un trabajo,
quiero amigos,
quiero sentir que estoy aquí
en la Isla
que todo el mundo habla de ella,
y quiero..."
...un vodska con zumo de fresa, eso fue lo que pidió.
El chico la miró, despues miró la libreta, y el bolígrafo que sujetaba con sus manos.
Segundos despues, le dijo:
- "Ves ese chico de ahí?... pues acércate a él, y preguntale por lo del trabajo, y comentale lo de encontrar casa... "Aquí tienes lo que me has pedido"
- "Gracias... Cuánto es...?
El camarero directamente sin cobrarle nada (de momento) por la bebida, comienza a hablar con el chico de la barra (seguramente para comentarle sobre las peticiones de nuestra protagonista)
El chico, no era muy joven, más bien tendría unos 38 años. Tenía cara de cansado, de rendido, mirada fija hacia la nada, camiseta blanca de deporte y pantalones negros de camarero, a conjunto con los zapatos.
No tenía cara de muy simpático, pero sí imponía respeto.
Ella se acecó a él con cara tímida, pero con carita de necesidad.
Necesitaba una habitación para dejar todas sus cosas en un lugar estable, para no tener que estar de un lado a otro con ellas. Necesitaba trabajar porque se habia despedido en el anterior trabajo, y sus ahorros estaban empezando a flaquear y necesitaba alguién con quién compartir su vodska con fresa.
" Es Usted con quién tengo que hablar?"
"quería decirle..."
El hombre contestó fríamente.
- "Sí, ya lo sé"
- "El camarero me lo acaba de decir"
- "ummm... tienes experiencia como camarera??"
Ella respondió con voz animada:
"Si, Si!!" Aunque no se llevar muy bien la bandeja...
Christian, el hombre al que ella le tenia respeto la freno diciéndole:
-"Mira, mañana a las 4 de la tarde te presentas con camisa blanca, pantalones y zapatos de camarera, en el restaurante Pinatar.
Allí te encontrarás con el jefe. Dile que te mando yo."
(pasan 2 meses)
Anngiesska seguía trabajando en el Restaurante Pinatar (restaurante que el año anterior había ganado el premio a "mejor restaurante de las Islas Baleares"
Trabajaba encargada de tomar nota de los postres, servirlos y retirarlos de las mesas.
Christian le dijo a la semana de trabajar, que si la habían contratado era porque necesitaban una chica (todo eran chicos en el restaurante) que tuviera una sonrisa como la de ella, que conquistara a la gente con su simpatía y alegría, porque eso es lo que hacía que ella mantuviese su trabajo y que se vendiera la cantidad de postres que hasta su llegada, nunca se habían vendido tantos.
Fine... No, todavía queda por contar...
Kalles



3 Comments:

Blogger kalles said...

bueno, aquí os cuento una de tantas historias que me sucedieron mientras viví en la Isla...

un besiko... espero que no se haya hecho muy pesada de leer

3:38 a. m.  
Blogger kalles said...

Hola Edu!!. Ahora tú también conoces la Isla!!

Aunque antes tuve que dejar caer algunas lagrimillas al aire, las vivencias que te ocurren en otros ambientes que no son los habituales en tu vida, son los que te hacen sacar fuerzas de donde no las hay y luchar!! y seguir hacia adelante!!.

En la Isla me dí cuenta, que de verdad no estaba sóla.

Sólo necesitaba un tiempo para adaptarme, conocer gente y así decidir lo que quería o necesitaba en ese momento, salir sola o acompañada. Pronto pude elegir ;)

10:15 p. m.  
Blogger kalles said...

HOla Monitus!!
Muchas gracias por animarme tanto a escribir!!

Respecto a lo que me dices del instinto, tienes parte de razón, pero lo que me gustaria decir, que mas que supervivencia, con lo de conseguir un lugar para vivir, o un trabajo, fue el deseo de necesitar a alguién con quién salir aquella noche y otras muchas, en las que me sentía sóla verdaderamente.

Este hecho era insostenible en mi cabeza, cuando miraba a mi alrededor y veía tanta gente en grupo con amigos y tan poka en soledad.

A partir de esta vivencia y otras muchas más, he aprendido a que me guste la soledad, siempre y cuando no sea soledad obligada y si soledad querida.

Algunas lagrimillas hay que echar en la vida en algunas situaciones, para saber que estas vivo en éste mundo.

Espero que esta historia, remueva el interior de algunas personas, y cuando se encuentren con personas solitarias, observen la situación y tal vez, os nazca un "hola, ke tal" en vuestros labios.

Un beso

11:11 p. m.  

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